viernes, 25 de junio de 2010

LA FAMILIA en la enseñanza de Juan Pablo II (Exhortación Apostólica Familiaris Consortio y Carta del Papa a las familias) CELAM-DEPAS (Depto. Pastora

FICHA 1 (Misión de la familia)
“¿Cuál es el cometido general de la familia? Formar una comunidad de personas, fundad y vivificada por el amor, que esté al servicio de la vida y participa en el desarrollo de la sociedad y en la vida y misión de la Iglesia. La comunión dentro de la pareja no es sólo para sí misma, para crearse un paraíso cerrado, sino para potenciar también el compromiso eclesial, social y político. Custodiar, revelar y comunicar el amor es la misión fundamental”.
(p. 16)



FICHA 2 Misión restauradora de la flia.)
“En un momento histórico en que la familia es objeto de muchas fuerzas que tratan de destruirla o deformarla, la Iglesia, consciente de que el bien de la sociedad y de sí misma está profundamente vinculado al bien de la familia, siente de manera más viva y acuciante su misión de proclamar a todos el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia, asegurando su plena vitalidad, así como su promoción humana y cristiana, contribuyendo de este modo a la renovación de la sociedad y del mismo pueblo de Dios.” (p. 28)



FICHA 3 (Las flias. deben oír el mensaje de la Iglesia)
“En efecto, es a las flias de nuestro tiempo a las que la Iglesia debe llevar el inmutable y siempre nuevo evangelio de Jesucristo; y son a su vez las flias, implicadas en las presentes condiciones del mundo, las que están llamadas a acoger y a vivir el proyecto de Dios sobre ellas. Es más, las exigencias y llamadas del Espíritu Santo resuenan también en los acontecimientos mismos de la Historia, y por tanto la Iglesia puede ser guiada a una comprensión más profunda del inagotable misterio del matrimonio y de la misma flia, incluso por las situaciones, interrogantes, ansias y esperanzas de los jóvenes, de las esposas y de los padres de hoy.” (p. 29-30)


FICHA 4 (Cooperación del laico en entender la realidad según la Luz de
Cristo)
“Es por tanto obra de toda la Iglesia, según la diversidad de los diferentes dones y carismas que junto y según la responsabilidad propia de cada uno, cooperan, para un más hondo conocimiento y actuación de la Palabra de Dios. La Iglesia, consiguientemente, no lleva a cabo el propio discernimiento evangélico únicamente por medio de los Pastores, quienes enseñan en nombre y con el Poder de Cristo, sino también por medio de los seglares: Cristo los constituye sus testigos y les dota del sentido de la fe y de la gracia de la palabra para que la virtud del Evangelio brille en la vida diaria familiar y social. Más aún, los seglares, por razón de su vocación particular, tienen el cometido específico de interpretar a la luz de Cristo la Historia del mundo, en cuanto que están llamados a iluminar y ordenar todas las realidades temporales según el designio de Dios Creador y Redentor.” (p. 31)



FICHA 5 (Educación de la libertad como necesidad catequética)
“En la base de estos fenómenos negativos está muchas veces una corrupción de la idea y de la experiencia de la libertad, concebida no como la capacidad de realizar la verdad del proyecto de Dios sobre el matrimonio y la flia, sino como una fuerza autónoma de autoafirmación, no raramente contra los demás, en orden al propio bienestar egoísta...
Se sigue de ahí que solamente la educación en el amor enraizado en la fe puede conducir a adquirir la capacidad de interpretar los signos de los tiempos, que son la expresión histórica de este doble amor.” (p. 33-34)



FICHA 6 (Evangelizar la ciencia)
“Se plantea así a toda la Iglesia el deber de una reflexión y de un compromiso profundos, para que la nueva cultura que está emergiendo sea íntimamente evangelizada, se reconozcan los verdaderos valores, se defienda los derechos del hombre y de la mujer, y se promueva la justicia en las estructuras mismas de la sociedad. De este modo el nuevo humanismo no apartará a los hombres de su relación con Dios, sino que los conducirá a ella de manera más plena.
En la construcción de tal humanismo, la ciencia y sus aplicaciones técnicas ofrecen nuevas e inmensas posibilidades. Sin embargo, la ciencia, como consecuencia de las opciones políticas que deciden su dirección de investigación y sus aplicaciones, se usa a menudo contra su significado original, la promoción de la persona humana.
Se hace, pues, necesario recuperar, por parte de todos, la conciencia de la primacía de los valores morales, que son los valores de la persona humana en cuanto tal. Volver a comprender el sentido último de la vida y de sus valores fundamentales es el gran e importante cometido que se impone hoy día para la renovación de la sociedad. Sólo la conciencia de la primacía de éstos permite un uso de las inmensas posibilidades, puestas en manos del hombre por la ciencia; un uso verdaderamente orientado como fin de la promoción de la persona humana en toda su verdad, en su libertad y dignidad. La ciencia está llamada a ser aliada de la sabiduría.” (p. 35)



FICHA 7 (Reconstruir nuestro mundo según la sabiduría divina)
“La educación de la conciencia moral que hace a todo hombre capaz de juzgar y de discernir los modos adecuados para realizarse según su verdad original, se convierte así en una exigencia prioritaria e irrenunciable.
Es la alianza con la sabiduría divina la que debe ser más profundamente reconstruida en la cultura actual. De tal sabiduría todo hombre ha sido hecho partícipe por el mismo gesto creador de Dios. Y es únicamente en la fidelidad a esta alianza que las flias de hoy estarán en condiciones de influir positivamente en la construcción de un mundo más justo y fraterno.” (p. 36)



FICHA 8 (Conversión continua y creciente como tares-desafío pedagógico)
“Se pide una conversión continua, permanente, que, aunque elija el alejamiento interior de todo mal y la adhesión al bien en su plenitud, se actúa concretamente, sin embargo, con pasos que conducen cada vez más lejos. Se desarrolla así un proceso dinámico. Que avanza gradualmente con la progresiva integración de los dones de Dios y de las exigencias de su amor definitivo y absoluto en toda la vida personal y social del hombre. Por esto es necesario un camino pedagógico de crecimiento, con el fin de que los fieles, las flias y los pueblos, es más, la misma civilización, partiendo de lo que han recibido ya del misterio de Cristo, sean conducidos pacientemente más allá hasta llegar a un conocimiento más rico y a una integración más plena de este misterio en su vida.” (p. 37)



FICHA 9 (Apertura de la Iglesia hacia toda cultura humana)
“Es mediante la inculturación como se camina hacia la reconstrucción plena de la alianza con la sabiduría de Dios que es Cristo mismo. La Iglesia entera quedará enriquecida también por aquellas culturas que, aunque privadas de tecnología, abundan en sabiduría humana y están vivificadas por profundos valores morales.” (p. 38)



FICHA 10 (Vocación, capacidad y responsabilidad frente al amor)
“Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunicación personal de amor. Creándola a su imagen y conservándola continuamente en el ser, Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad el amor y de la comunión. El amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano.” (p. 39)



FICHA 11 (El matrimonio como símbolo del amor de Dios)
“El único lugar que hace posible esta donación total, es decir, el pacto de amor conyugal o elección consciente y libre, con la cual el hombre y la mujer aceptan la comunidad íntima de vida y amor, querida por Dios mismo, que sólo bajo esta luz manifiesta su propio significado. La institución matrimonial no es una injerencia indebida de la sociedad o de la autoridad, ni la imposición intrínseca de una forma, sino exigencia interior del pacto de amor conyugal que se confirma públicamente como único y exclusivo, para que sea así vivida como plena fidelidad al designio de Dios Creador. Esta fidelidad, lejos de rebasar la libertad de la persona, la defiende contra el subjetivismo y el relativismo, y la hace partícipe de la sabiduría creadora...
Su vínculo de amor se convierte en imagen y símbolo de la Alianza que une a Dios con su pueblo. El mismo pecado que puede atentar contra el pacto conyugal se convierte en imagen de la infidelidad del pueblo a su Dios: la idolatría es prostitución, la infidelidad es adulterio, la desobediencia a la ley es abandono del amor esponsal del Señor. Pero la infidelidad de Israel no destruye la fidelidad eterna del señor y por tanto el amor siempre fiel de Dios se pone como ejemplo de las relaciones de amor fiel que debe existir entre los esposos.” (p. ¿)




FICHA 12 (Unión a toda prueba: el matrimonio)
“Esta revelación alcanza su plenitud definitiva en el don de Amor que el Verbo de Dios hace a la Humanidad asumiendo la naturaleza humana, y en el sacrificio que Jesucristo hace de sí mismo en la Cruz por su Esposa, la Iglesia. En este sacrificio se desvela enteramente el designio que Dios ha impreso en la humanidad del hombre y de la mujer desde su creación; el matrimonio de los bautizados se convierte así en el símbolo real de la nueva y eterna Alianza, sancionada con la sangre de Cristo. El Espíritu que infunde el Señor renueva el corazón y hace al hombre y a la mujer capaces de amarse como Cristo nos amó. El amor conyugal alcanza de este modo la plenitud a la que está ordenado interiormente, la caridad conyugal, que es el modo propio y específico con que los esposos participan y están llamados a vivir la misma caridad de Cristo que se dona sobre la Cruz.” ( p. 42)



FICHA 13 (Superioridad de la entrega a Dios en la virginidad)
“Haciendo libre de modo especial el corazón del hombre, hasta encenderlo mayormente de caridad hacia Dios y hacia todos los hombres, la virginidad testimonia que el Reino de Dios y su justicia son perla preciosa que se debe preferir a cualquier otro valor aunque sea más grande; es más, hay que buscarlo como el único valor definitivo. Por esto, la Iglesia, durante toda su historia, ha defendido siempre la superioridad de este carisma frente al del matrimonio, por razón del vínculo singular que tiene con el Reino de Dios. Aun habiendo renunciado a la fecundidad física, la persona virgen se hace espiritualmente fecunda, padre y madre de muchos, cooperando a la realización de la familia según el designio de Dios...
Esta reflexiones sobre la virginidad pueden iluminar y ayudar a aquellos que por motivos independientes de su voluntad no han podido casarse y han aceptado posteriormente su situación de servicio.” (p. 48-49)



FICHA 14 (El Espíritu Santo une más a los esposos)
“El don del Espíritu Santo es mandamiento de vida para los esposos cristiano y al mismo tiempo impulso estimulante, a fin de que cada día progresen hacia una unión cada vez más rica entre ellos, a todos los niveles --del cuerpo, del carácter, del corazón, de la inteligencia y voluntad del alma--, revelando así a la Iglesia y al mundo la nueva comunión de amor, donada por gracia de Cristo.” (p. 53)

FICHA 15 ((La flia como gran espacio de solidaridad)
“Todos los miembros de la flia, cada uno según su propio don, tienen la gracia y la responsabilidad de construir, día a día, la comunión de personas haciendo, haciendo de la flia una escuela de humanidad más completa y más rica; es lo que sucede con el cuidado y el amor hacia los pequeños, los enfermos y los ancianos, con el servicio recíproco de todos los días, compartiendo los bienes, alegrías y sufrimientos.” (p. 57)



FICHA 16 (Fidelidad y compenetración del pacto conyugal)
Es precisamente partiendo de la visión integral del hombre y de su vocación, no sólo natural y terrena sino también sobrenatural y eterna, por lo que Pablo VI afirmó que la doctrina de la Iglesia está fundada sobre la inseparable conexión que Dios ha querido, y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significado del acto conyugal: el significado unitivo y el significado preocreador; concluyó recalcando que hay que excluir como intrínsecamente deshonesta toda acción que, o en previsión del acto conyugal o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación...
...En cambio, cuando los esposos, mediante el recurso a períodos de infecundidad, respetan la conexión inseparable de los significados unitivo y procreador de la sexualidad humana, se comportan como ministros del designio de Dios, y se sirven de la sexualidad según el dinamismo original de la donación total, sin manipulación ni alteraciones...
...Se trata de una diferencia bastante más amplia y profunda de lo que habitualmente se cree, y que implica en resumidas cuentas dos concepciones de la personalidad y de la sexualidad humana, irreconciliables entre sí. La elección de los ritmos naturales comporta la aceptación también del diálogo, del respeto recíproco, de la responsabilidad común, del dominio de sí mismo. Aceptar el tiempo y el diálogo significa reconocer el carácter espiritual y a la vez corporal de la comunión conyugal, como también vivir el amor personal en su exigencia de fidelidad. En este contexto la pareja experimenta que la comunión conyugal es enriquecida por aquellos valores de ternura y afectividad, que constituyen el alma profunda de la sexualidad humana, incluso en la dimensión física. De este modo la sexualidad es respetada y promovida en su dimensión verdadera y plenamente humana, no usada, en cambio, como un objeto que rompiendo la unidad personal del alma y del cuerpo, contradice la misma creación de Dios en la trama más profunda entre naturaleza y persona.” (p. ¿)

FICHA 17 (Sacrificio cristiano dentro de la vida matrimonial)
“Por esto la función de transmitir la vida debe estar integrada en la misión global de toda la vida cristiana, la cual sin la cruz no puede llegar a la Resurrección. En semejante contexto se comprende cómo no se puede quitar de la vida familiar el sacrificio, es más, se debe aceptar de corazón, a fin de que el amor conyugal se haga más profundo y sea fuente de gozo íntimo.” (p.?)


FICHA 18 (La flia como paradigma de la sociedad solidaria)
“En una sociedad sacudida y disgregada por tensiones y conflictos a causa del choque entre los diversos individualismos y egoísmos, los hijos deben enriquecerse no sólo con el sentido de la verdadera justicia, que lleva al respeto de la dignidad personal de cada uno, sino también y más aún del sentido del verdadero amor, como solicitud sincera y servicio desinteresado hacia los demás, especialmente a los más pobres y necesitados. La flia es la primera y fundamental escuela de sociabilidad; como comunidad de amor, encuentra en el don de sí misma la ley que la rige y hace crecer. El don de sí, que inspira el amor mutuo de los esposos, se pone como modelo y norma del don de sí que debe haber en las relaciones entre hermanos y hermanas, y entre las diversas generaciones que conviven en la flia. La comunión y participación vivida cotidianamente en la casa, en los momentos de alegría y dificultad, representa la pedagogía más concreta y eficaz para la inserción activa, responsable y fecunda de los hijos en el horizonte más amplio de la sociedad.” (p. 83)



FICHA 19 (La sexualidad como valor ético sujeto a responsabilidad)
“Por los vínculos estrechos que hay entre la dimensión sexual de la persona y sus valores éticos, esta educación debe llevar a sus hijos a conocer y estimar los valores morales como garantía necesaria y preciosa para un crecimiento personal y responsable de la sexualidad humana.
Por esto la Iglesia se opone firmemente a un sistema de información sexual separado de los principios morales, tan frecuentemente difundido, el cual no sería más que una introducción a la experiencia del placer y un estímulo que lleva a perder la serenidad abriendo el camino al vicio desde los años de la inocencia.” (. 84)




FICHA 20 (La flia como Iglesia doméstica)
“La conciencia viva y vigilante de la misión recibida con el sacramento del matrimonio ayudará a los padres cristianos a ponerse con gran serenidad y confianza al servicio educativo de los hijos y, al mismo tiempo, a sentirse responsables ante Dios que los llama y los envía a edificar la Iglesia en los hijos. Así la flia de los bautizados, convocada como Iglesia doméstica por la Palabra y el Sacramento, llega a ser a la vez, como la gran Iglesia, Maestra y Madre.” (p. ¿)



FICHA 21 La fecundidad espiritual dentro de la flia)
“Las flias cristianas, que en la Fe reconocen a todos los hombres como hijos del Padre común de los cielos, irán generosamente al encuentro de los hilos de otras flias, sosteniéndolos y amándolos no como extraños sino como miembros de la única flia de los hijos de Dios. Los padres cristianos podrán así ensanchar su amor más allá de los vínculos de la carne y de la sangre, estrechando esos lazos que se basan en el espíritu y que se desarrollan en el servicio concreto a los hijos de otras flias. a menudo necesitados incluso de lo más necesario.” (p. ¿)



FICHA 22 (Amor intrafamiliar como base de la sociedad)
“Las relaciones entre los miembros de la comunidad familiar están inspirados y guiados por la ley de la gratuidad que, respetando y favoreciendo en todos y cada uno la dignidad personal como único título de valor, se hace acogida cordial, encuentro y diálogo, disponibilidad desinteresada, servicio generoso y solidaridad profunda.
Así la promoción de una auténtica y madura comunión de personas en la flia se convierte en la primera e insustituible escuela de sociabilidad, ejemplo y estímulo para las relaciones comunitarias más amplias, con un clima de respeto, justicia, diálogo y amor.” (p.91)



FICHA 23 (La Fe como tarea renovada permanentemente)
“El momento fundamental de la fe de los esposos está en la celebración del sacramento del matrimonio, que en el fondo de su naturaleza es la proclamación, dentro de la Iglesia, de la Buena Nueva sobre el amor conyugal. Es la Palabra de Dios que revela y culmina el proyecto sabio y amoroso que Dios tiene sobre los esposos, llamados a la misteriosa y real participación en el amor mismo de Dios hacia la Humanidad. Si la celebración sacramental del matrimonio es en sí misma una proclamación de la Palabra de Dios en cuanto son(los esposos), por título diverso, protagonistas y celebrantes, debe ser una confesión de fe hecha dentro y con la Iglesia, comunidad de creyentes.
Esta profesión de fe ha de ser continuada en la vida de los esposos y de la flia. En efecto, Dios que ha llamado a los esposos al matrimonio, continúa llamándolos en el matrimonio. Dentro y a través de los hechos, los problemas, las dificultades, los acontecimientos de la existencia de cada día, Dios viene a ellos, revelando y proponiendo las exigencias concretas de su participación en el Amor de Cristo por su Iglesia de acuerdo con la particular situación --familiar, social y eclesial—en la que se encuentre.
El descubrimiento y la obediencia al plan de Dios deben hacerse en conjunto por parte de la comunidad conyugal y familiar, a través de la misma experiencia humana del amor vivido en el Espíritu de Cristo entre los esposos, entre los padres y los hijos.
Para esto, también la Iglesia doméstica, como la gran Iglesia, tiene necesidad de ser evangelizada continua e intensamente. De ahí deriva su deber de educación permanente en la fe.” (p. 103)



FICHA 24 (Camino hacia Dios)
“A la luz de la fe y en virtud de la esperanza, la flia cristiana participa, en comunión con la Iglesia, en la experiencia de la peregrinación terrena hacia la plena revelación y realización del Reino de Dios.” (p.?)



FICHA 25 (Mutua entrega de los esposos como base de la civilización del
Amor)
“...se afirma que Dios creó al varón y a la mujer, y que el origen de la flia hay que buscarlo en Dios mismo, en el Misterio de la Trinidad. Las personas humanas están llamadas a formar una alianza conyugal, en la que el varón desarrolla su paternidad y la mujer su maternidad. Hombre y mujer deben unirse en la profundidad del amor y de la verdad, y su mutuo consentimiento es la garantía y la base del común del matrimonio y de la flia. Varón y mujer unidos en la entrega sincera de sí mismo hacen posible el nacimiento de una nueva vida, desde la civilización del amor de la cual depende la flia por muchos motivos, y es la flia misma el centro y el corazón de tal civilización. Por ello se pide una maternidad y paternidad responsables, donde no se separen las dimensiones unitiva y procreativa.” (p. 165)



FICHA 26 (Dios como fuente y modelo de toda paternidad y maternidad)
“ 1. Dios es fuente de toda maternidad y paternidad, y los esposos, mediante su entrega y donación mutua, con amor exigente, convierten su comunión, gran misterio, en comunidad, procreando y educando responsablemente a los hijos, que son un bien para los padres y para la sociedad, porque es su célula vital.
2. La flia constituida según el modelo de la paternidad divina se convierte en camino de la Iglesia y medio e instrumento para la civilización del amor.
3. La flia cristiana que brota del matrimonio-sacramento está llamada a ser la pequeña Iglesia, iglesia doméstica, escuela de valores evangélicos como lo fue la Sagrada Flia de Nazareth.” (p. 169)

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